Plaza de Platerías

Ligada a la actividad constructiva del edificio catedralicio surge la Plaza de las Platerías, motivada por la ampliación a principios del siglo XVI de su claustro, que ocuparía una extensión mayor que el anterior románico al que se le habían adosado pequeñas construcciones que debía soportar como rémoras.

Fachada de Platerías de la Catedra

Fachada de Platerías de la Catedral

Una vez que el espacio está expedito, lo cierra por el norte la portada románica de la catedral y la torre del rey de Francia que fue modificada posteriormente; por el oeste la fachada renacentista del Tesoro, obra de mediados del siglo XVI en la que destaca su torre escalonada y el llamado esconce; frente a esta fachada se levantaban dos manzanas de casas de aspecto poco afortunado que se sustituirán por otras a principios del XVIII hasta que se derriban en el XX para levantar el edificio del Banco de España.

Pero la intervención de cierre más atrevida en este espacio se localiza en su lado meridional: el cabildo acuerda la compra de tres casas que se encontraban en bastante mal estado para ampliar el espacio público y dotar a la plaza de un edificio decoroso y digno.

Plaza de Platerías, con la "Fuente de los Caballos" y, detrás, la Casa del Cabildo

Plaza de Platerías, con la «Fuente de los Caballos» y, detrás, la Casa del Cabildo

 La obra se le encarga al arquitecto Clemente Fernández Sarela a medados del XVIII y levanta en este lugar un estrecho edificio-telón que puede considerarse como un compendio de la arquitectura compostelana y que se conoce con el nombre de Casa del Cabildo.

El centro de esta plaza está presidido por la fuente más hermosa de la ciudad; en las otras tres no hay ningún elemento decorativo como aquí, aunque si lo hubo en la del Paraíso y que nos la detalla el Códice Calixtino. Su existencia parece que ya viene desde la edad media, aunque su fisonomía no tiene nada que ver con la actual.

A mediados del XVIII, el cabildo encarga a Sarela remodelar su estado y en 1825 fray Juan Conde la transforma en la actual Fuente de los Caballos −hipocampos− que suscitó a lo largo de los años diversas interpretaciones, aceptándose casi unánimemente que se trata de una alegoría a la Ciudad.

  • La Torre del Reloj

El portal de Platerías linda con la Torre del Reloj, que recibe el nombre popular de ‘Berenguela’ porque fue el arzobispo Berenguel de Landoira quien acabó su construcción en el s. XIV. Entonces era un robusto cubo defensivo coronado de almenas, cuya altura no superaba la posición actual del reloj. 

Vista de la Torre del Reloj desde la plaza de Platerías

Vista de la Torre del Reloj desde la plaza de Platerías

En 1680 el arquitecto Domingo de Andrade convirtió la torre en una de las más hermosas de Europa: sobre el cubo gótico original instaló un primer cuerpo cuadrado perforado de pórticos, y sobre él un cuerpo octogonal rematado con una linterna, que se enciende durante los Años Santos para indicar el rumbo a los peregrinos.

La torre alberga la mayor de las campanas de la Catedral, conocida también como Berenguela. La original de 1678 se rajó y fue sustituida por la actual, que pesa 6.433 kilos y suena con un profundo «do» cuando el reloj del s. XIX, con su única aguja, marca las horas.

Mecanismo del Reloj de la Berenguela, aún en funcionamiento

Mecanismo del Reloj de la Berenguela, aún en funcionamiento

Antiguas campanas de la Berenguela, actualmente expuestas en el claustro de la Catedral

Antiguas campanas de la Berenguela, actualmente expuestas en el claustro de la Catedral

«Se dice que si alguna medianoche toca no 12, sino 13 campanadas, el demonio gozará de una hora mágica para andar suelto.»

 

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