Rúa das Orfas y Rúa do Preguntoiro

  • RÚA DAS ORFAS

En 1597, Juan de Sanclemente compraba al Cabildo una casa en la rúa de Callobre para edificar un centro de acogida para doncellas huérfanas. La idea era que allí aprendiesen las “labores” básicas para el matrimonio y la familia. Del edificio original, del que pocos datos hay, comenta Simón Vicente, no ha quedado nada.

Rúa das Orfas

Rúa das Orfas

A principios del siglo XVIII estaba arruinado y es entonces cuando se comienzan las obras que le dan el aspecto definitivo. El arquitecto fue Fernando de Casas, autor de la portada del colegio y del campanario. La iglesia fue levantada por Melchor de Velasco en 1664.

La fundación ocupó varias casas de la rúa, que quedaría más o menos ordenada y que con el paso del tiempo cambiaría de nombre por el de Huérfanas, por la presencia del colegio.

Al inicio da Rúa das Orfas, se ve a la izquierda la calle Entremurallas, otro recuerdo de la importante muralla compostelana. Dejando atrás el cantón do Toural, se sube hacia el Colegio de las Huérfanas, o de Nuestra Señora de los Remedios. 

  1. Colegio das Orfas. De esta construcción nos sorprende su fachada maciza que, sin embargo, no agobia al viandante aunque se encuentre en una calle relativamente estrecha. Dos arzobispos destacan en la construcción: Sanclemente, quien lleva a cabo su fundación y Monroi, que se encarga de su reedificación. Tanto la fachada exterior como la interior, el patio y el campanario de la iglesia se deben a la mano de Fernando de Casas, quien realizó las obras hacia el año 1714. Antes de la fachada encontramos el campanario, obra levantada sobre 1714 que nos recuerda en lo esencial a la Torre del Reloj de la catedral.
  2. Iglesia das Orfas. La realiza Melchor de Velasco hacia 1664. De estructura clasicista, apenas emplea la decoración en el interior. Del interior destaca el retablo barroco de Francisco de Lens, con esculturas de José Gambino, así como el sepulcro del cardenal Martín de Herrera, benefactor del convento.

 

  • RÚA DO PREGUNTOIRO

La actividad comercial que generaba Compostela en la Edad Media era inmensa. Pero no había leyes que controlasen los precios de taberneros, comerciantes del vino, panaderos, carniceros, vendedores de conchas, de azabache… que tenían como objetivo común los peregrinos.

Gelmírez se da cuenta, comenta Simón Vicente, de que tiene que protegerlos y se empiezan a legislar los precios de los comerciantes y los salarios de distintas profesiones; se vigila la reventa de productos, el fraude… Las tarifas de los productos se pregonan en el Preconitorium, de ahí el nombre de Preguntoiro.

En esta calle se encuentra la sede del periódico más antiguo de Galicia, El Correo Gallego y la casa del grabador y azabachero Enrique Mayer, gran maestro del oficio de azabacheros.

 

 

 

 

 

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